jueves, diciembre 28, 2006

sexo por pedido (msn es la polla)


Debora

05/12/2006 16:55:29 Marciana *pachanka*
alo?

05/12/2006 16:55:44 *pachanka* Marciana
epa, mi novia virtual...que tal wapa

05/12/2006 16:55:50 Marciana *pachanka*
bien y tu

05/12/2006 16:56:12 *pachanka* Marciana
yo mas o menos, una ex me anda dando problemas... necesito que vengas tu aqui y le digas que no soy mal tipo despues de todo

05/12/2006 16:56:51 Marciana *pachanka*

ja ja ja, la golpeo?

05/12/2006 16:57:00 *pachanka* Marciana
aver si asi se la baja la ira... les he pegado a hombres, a tias nunca, (a menos que me lo pidan :D).

05/12/2006 16:57:12 Marciana *pachanka*
jajaja, a mi me gusta que me nalgueen :$

05/12/2006 16:57:44 *pachanka* Marciana
o_o parece que somos de la misma escuela entonces :p

05/12/2006 16:58:01 Marciana *pachanka*
no, en serio, el problema es que necesito que me lo haga otra persona

05/12/2006 16:58:41 *pachanka* Marciana
Bueno, no se hable mas del asunto! voy a tu casa y arreglamos tus necesidades ahora mismo:D

05/12/2006 16:59:14 Marciana *pachanka*
no puedes, va a venir mi novio mas tarde

05/12/2006 16:59:31 *pachanka* Marciana
tu te lo pierdes, yo soy un profesional de la gluteoflagelacion.

05/12/2006 16:59:48 Marciana *pachanka* jajaja, bueno si me das bien podemos jugar a otras cosillas.

05/12/2006 17:00:37 *pachanka* Marciana
Y yo que me consideraba un buen samaritano del sexo... niña me vas a echar a perder.

05/12/2006 17:02:28 Marciana *pachanka*
Deja de dar vueltas al tema y ven a mi casa.

05/12/2006 17:02:43 *pachanka* Marciana
No venia tu novio?

05/12/2006 17:02:50 Marciana *pachanka*
Eso da igual yo tengo para los dos.

05/12/2006 17:02:58 *pachanka* Marciana
Como mande mi comandante :D, dame 30 min

05/12/2006 17:03:14 Marciana *pachanka*
ok, hasta ahora.

lunes, diciembre 25, 2006

El festín de los demás

Beban todos hoy de sus parejas estables, a mi salud.

martes, diciembre 12, 2006

Tontos y Listos.

- "Hay un dicho que dice que un tonto caminando llega antes que un listo sentado. Esto es una afirmación subjetiva. Me aburren los subjetivos." Dijo Devora con aire vano.

- "Y tu, suelta ya ese libro! No ves que ignorarme no te sirve de nada?" Le dijo al lector que tenía un tomo grueso de quiza donde y quiza cuando para protegerse de su mirada. -"Deja de hacer el bobo y ven a comerme mi fresita." Dijo con aire conciliador ella.

El pobre lector se dio cuenta de que de nada le iba a servir esconderse, ni jugar a ser indiferente. Cuando a Devora se le antoja lo que sea, no vale ni dios ni ley. Ella es las dos cosas a la vez. Un martiarcado de angeles y avatares de los dioses de la fertilidad y la guerra, de la sabiduría y la muerte, ella es todos los Santos de la A a la Z. Y cuando quiere algo lo pide como cuando dios dice porfavor.

- "Y me la comes tu a mi luego?" Dijo el lector, sintiendose confiado en no perder esta vez. - "Claro que si, cuando no? si sabes que me encantas. Pero ven, ven que te necesito." dijo ella de espaldas en la cama frotando sus muslos, para que sonara sutilmente el nylon de sus pantis.


- "No vas a volver a irte mientras duermo? prometemelo."
- "Te lo prometo"

Con eso el lector cierra su escudo de papel, y se lanza en un gesto, escondiendo sus ganas hasta ella. Nisiquiera el Diablo se divertiría ante tal masacre. Mordidas, arañazos, y ropa rajada. La cama es un holocausto de los dos.

Al abrir los ojos, horas despues, el sabor a sangre en la boca y el cuarto destrozado. El lector se despierta solo. Pero recuerda algo al mirar por la ventana. Como si el aire le hablara.


  • Un tonoto caminando llega antes que un listo sentado.


  • - "Debo ser el listo," se dice. Pero no sabe quien es el tonto.

    viernes, diciembre 08, 2006

    Dialogos de la Musa y el Poeta (1)

    He aquí una deliciosa conversación de la Musa con el Poeta:

    M: ¿Comamos juntos?

    P: No, no basta

    M: ¿Salgamos juntos?

    P: No, no basta

    M: ¿Estemos juntos?

    P: ¿Te parece suficiente?

    M: Comámos juntos

    P: ¿Eso no requerirá mucha compenetración?

    M: ¿Vivamos juntos?

    P: No te das cuenta...

    M: Veámonos

    P: ...

    M: Besémonos

    P: ...

    M: Forniquemos

    P: Mejor amémonos, aunque suene mal

    sábado, noviembre 18, 2006

    Evocando a Devora (II)

    Vagué por un laberinto de escaleras y pasillos por largo tiempo. Si no fuera imposible diría que estuve allí por meses. Bajé corriendo por una escalera caracol gritando "¡¡Soy un loco gen mutante!!", dormí, bebí agua de una fuente, cacé ratas para saciar el hambre, filosofé sobre la vida y sobre la muerte, pensé en mi vida y en los misteriosos orígenes del universo y de la
    jalea. ¿Es verdad que se hace con huesos?

    La voz interrumpió nuevamente mis divagaciones... aunque esta vez la voz era perfectamente humana, femenina.

    - Hola wachón, dijo

    Miré. Me encontraba en una espaciosa alcantarilla (¿cómo es posible que Santiago se inunde en invierno con alcantarillas así? Las alcantarillas del centro, antiguas, son mejores, dicen, y por eso el centro no se inunda). Una ampolleta encendida colgaba de unos cables y alumbraba a la mujer negra que me hablaba entronada sobre una pila de cajas rotas, caca, ratas y basura. La mujer era bastante hermosa, estaba vestida con pieles africanas y la acompañaba una señora gorda, también negra, que encendía un incienso.

    - Hola -dije- prefiero que no prendas esa cosa, me molesta la...

    - Es necesario -me interrumpió aquella reina de las alcantarillas- me he acostado con millares de hombres y me han dejado hedionda

    - Qué tripriónico, advertí

    - Lo es, pero dime, ¿qué buscas aquí? -preguntó la mujer de largas piernas

    - Mira -comencé- primero bebí té, después vomité un poco y ahora he estado caminando un montón de rato por unas escaleras cromosómicas...

    - Yo sé lo que buscas -anticipó- ¿quieres encontrar a la Madre, no es verdad?

    - No, no me gustaría que mi mamá me viera así tan vomitado... si me quieres presentar a una mujer, búscame a Devora... un amigo ha escrito sobre ella en el blog y me gustaría...

    - Ah, entiendo... - interrumpió

    - ¿Por qué me interrumpes todo el rato? -interrumpí

    - Escúchame galán -dijo enojada- estamos los dos aquí, tienes la oportunidad de hacerlo conmigo y yo te cobraré barato...

    - Osea eres una puta... ¡Yo también! -me emocioné

    - Pero yo soy la reina, la gran Madre... yo soy la Eva Mitocondrial...

    - ¿Qué quieres decirme con eso?

    - Tengo 178506 años, tú desciendes de mí al igual que tu padre y tu madre y tus abuelos. Todos tus amigos, tus enemigos, los chinos los musulmanes y los gringos,la humanidad entera lleva mi sangre y la de mis hijos...

    - ¿Y eres mi tracata-abuela y quieres que te pague por sexo? -pregunté impresionado

    - Sí.

    - ¿Con esto quieres decir que todos los habitantes del mundo somos unos hijos de puta?

    - Pero algunos son de linaje más limpio que otros...

    - Entiendo -acoté crédulo- pero... ¿por qué estás en Santiago?

    - No tenemos mucho tiempo, súbete aquí que te cobraré poco

    - No, yo quiero a Devora, un amigo escribió que...

    - ¿Por qué mierda llegan todos aquí buscándola a ella? -volvió a interrumpir

    - No sé.

    - ¿Hasta cuándo la buscan ella, qué tiene ella de especial? -preguntó sobrepasada

    - Mi amigo dice que...

    - Ya me imagino lo que dice tu amigo... lo que uds no saben es que a ella siempre la tienen al lado

    - ¿ahora? -pregunté con inteligencia

    - No ahora no, tonto, en la vida. Por ejemplo, esa mina que te tiene medio cagado...

    - ¿La que no me pezca?

    - Esa, ¿ves? te infló una vez y después no te volvió a tomar en cuenta y te obsesionaste, hasta le escribiste un poema..

    - Si, uno cortito: "Tu boca evoca/en sus labios/mis besos abocar"...y no se te olvide el otro que le dediqué al novio...

    - Ojalá se me olvidara. Es peor que el cortito - juzgó

    - Sí, no soy bueno con los poemas... pero entonces ¿Devora es una especie de concepto?

    - Yo diría que es un espíritu que se encarna en lo impenetrable y huye apenas es alcanzada... América para Colón, la cima para el montañista, la mina que no te pezca. Es tal su atractivo, tan poderosa su sensualidad, tan eróticos sus movimientos, tan magnética su personalidad, tan enfermantemente caliente su cuerpo que tiene que ser virgen. Jamás nunca se han saciado de ella.

    - Copromíqueme de ella, concluí

    - Exacto.

    - Esta conversación estuvo muy buena, mujer, que rico ha sido conocerte -dije para comenzar a despedirme

    - Sí, creo que alcanzamos cierta cercanía

    - Después de todo somos parientes...aunque como eres mujer, tu apellido en mi nombre debe estar bien al fondo...debe ser por lo menos el número mil... por eso no recuerdo haber visto nunca ese apellido tan raro...

    - Bueno, lamento que no hayas querido revolcarte conmigo... a pesar de mi belleza sólo le intereso a los arqueólogos y a los genetistas -dijo triste

    - Además, siguiendo la línea de pensamiento que nos mueve, al contrario de Devora, tu has saciado a tantos que ya todos están de ti saciados -teoricé cruelmente

    - Puede ser.

    - Adiós Eva Mitocondrial, me despedí.

    - Adiós, Devora.

    Evocando a Devora

    - Te dije que te ibai a sentir como las hueas, dijo Victor mientras miraba como mi propia escencia se escapaba por la boca

    - ¿A tí también te caga el Peyote?, le pregunté para aparentar dignidad en mi miseria estomacal

    - No es peyote, hue'on, es SAN PEDRO... Sí, el tecito siempre me deja destruído...eso si que nunca tan pa' la cagá como a vos.

    Después de un rato recuperé la compostura y comencé a sentir los efectos de la mescalina en mi organismo: Una especie de ebriedad consciente y una hiper sensorialidad...

    - Me despido, Victor, este viaje lo emprendo Yo anemismo - dije y le dí un apretón de manos bien fuerte. Salí del baño, después del departamento, bajé por el antiguo ascensor y salí del edificio. Me puse a caminar distraídamente por las calles del centro.

    Fue allí cuando sentí que la ciudad me hablaba. Antes que eso, recuerdo que me reía de mi despedida de Victor...'Anemismo', palabra digna de mi creatividad léxica bajo efectos sicotrópicos, que se intensifica hasta la absoluta incomprensión cuando el estado de inconciencia es alto...

    Esa pobre palabra no podía quedar sin significado:
    El 'anemismo' es uno mismo cuando está solo.
    El 'anemismo' es la filosofía de los que no se enemistan con ellos mismos
    El 'anemismo' es un paseo a pie y solo.
    El 'anemismo' es una enfermedad propia de la rodilla izquierda femenina

    El llamado de la ciudad me interrumpió y fue pronunciado por distintas voces, en un idioma claro y que, en aquel momento, me pareció solemnemente amarillo.

    El sonido fue emitido tras una gesticulacion de millares de peatonales pies y tras el clamor de las aguas atrapada en pozas, que liberadas por ruedas, estallaban en sonidos embarrados. También participaron los ladridos de las micros, el sonido de las estampidas de edificios y las infinitas voces de desesperación casi humana de todas las moscas de la ciudad que quedaron atrapadas entre un vidrio y su ambición.

    El sonido decía claramente: "Baja esa escalera"

    Bajé. Un tipo me cobró entrada por el derecho a tres películas.
    - Mire bien su butaca antes de sentarse, podría toparse con una sorpresa, dijo al guiarme a la sala.

    Antes de sentarme en el cine vacío, obedientemente miré la butaca. Nada.
    - Gracias por su berabilidad, grité al acomodador que se iba de la sala.

    Me senté un rato y traté de concentrarme en la película. Era un thriller. Más bien un drama erótico. Trataba de las peripecias de una exitosa médico ginecólogo que cambiaba su especialidad por la de médico urólogo y viceversa sin nunca decidirse. Un drama vocacional con tintes amorosos. Al final, se conciliaba salomónicamente ejerciendo sus dos pasiones de manera simultánea.

    La ciudad volvió entonces a hablarme usando la garganta de una actriz:

    - Más abajo, más abajo - dijo.

    Miré a mi alrededor y encontré una escalera que, efectivamente, bajaba. Aprovechándome de la oscuridad de una casual escena de cama corrí hasta ella y bajé presurosamente por los peldaños rojos. Un hipnotizante color rojo. Era claramente el color rojo propio de la cercanía a las profundidades intracutáneas del mundo.

    lunes, noviembre 13, 2006

    Soy Devora, adivinen porque. Me gustan los hombres profundos de acción como laberintos de fuego y lo quiero todo. Por eso siempre me quedo sola.

    En realidad tengo las cosas muy claras, soy un rayo hacia el infinito de mi deseo. Y eso es lo que a los hombres les gusta de mi. Cuando me dan lo que vine a buscar los dejo como latas de sardinas abandonadas por un viajero, y solo entonces los pobres se ven como en realidad son... carroña.

    En mi sincera opinion las mujeres tienen una ventaja táctica en el contexto, pueden ser viles y abstractas, sensibles y hermosas dejando a los hombres lo de ser eficientes y tácticos.



    Las Tres Helenas,

    Ruiseñor
    Helena número uno rompió un silencio con una canción inaudible.
    Luciernaga
    Helena número dos irrumpio dejando la clara luz en penumbra.
    Rana
    Helena número tres cayó en mi confianza y la rompió para volver a salir.

    Helena causó una guerra en la que yo no estoy invitado a morir.

    martes, noviembre 07, 2006

    Terror televisivo


    He aquí otra historia de cantina:

    Esta había sido su primera cachetada en siglos. La mejilla le ardía al rojo vivo.

    - Nunca pensé que fueses tan conchesumadre, dijo antes de subirse a la micro que partía.

    Jorge tardó algún tiempo en descubrir lo que ocurría. Tuvo que quedarse un buen rato sentado en la cuneta húmeda, pensar muy profundamente, matar posibilidades, pararse, salir de allí y meterse en un bar.

    La gente lo miraba directa e indirectamente.

    - Volverá a llover, dijo la guapa barwoman, no va a parar hasta que nos ahoguemos todos

    - Si, respondió Jorge sin saber qué responder...

    Después miró la tele y estaba él, la tarde anterior, besándose con su secretaria mientras lo cartereaban.

    domingo, octubre 29, 2006

    Resurrección

    Encendió un cigarro y desanudando las sábanas tapó su cuerpo desnudo. Había pagado una noche completa por adelantado.
    - ¿Sabes lo que se siente resucitar?, preguntó con complacencia
    - No, respondí algo sorprendido...


    Al principio, la nada, entiendes? Cuando estás muerto no hay nada. No es tener los ojos cerrados, no es estar dormido, no es sufrimiento, no es placer. Estar muerto es lo mismo que vivir un instante infinitecimal. Estar muerto es ser piedra o ser metal, ser cuchara, ser polilla muerta, ser luz de ampolleta, ser uña, ser lo que un ciego ve,ser una palabra en un libro enterrado. Estar muerto es alguna de las cosas que te he dicho, pero sin el "ser"...

    Y de pronto, por arte de magia, ser latido. No hay conciencia, no hay pensamiento. Simplemente se es una perturbación en la quietud de las cosas. Una pulsación y despues otra, otra y otra. Y ahí comienza la sensación. Todavía no hay pensamiento, ni conciencia, solo un bombeo constante que crea a medida que avanza y se extiende hacia la nada con los latidos, como lo hace la bahía en la tierra con las olas que escarban.

    Palpita la sangre, las venas, los músculos, la piel, los pelos, los cartílagos y los huesos. Al principio como una masa informe, todo revuelto y sin orden. Pero después son dedos, pies, piernas, corazón, nalgas, nariz...

    La primera bocanada de aire es una catarata fresca que irrumpe en un pantano.

    Después, el primer pensamiento, fugaz destello, es una necesidad, un deseo....
    "quiero volver a respirar"...
    "deseo seguir sintiendo estos latidos"...
    "quiero volver a la nada"...
    Pero sin palabras, sólo la primitiva necesidad de algo...cualquier cosa...

    La segunda bocanada de aire, muy profunda, es una fiesta.

    La existencia comienza a burbujear. La conciencia se derrama de sus manantiales cerebrales, permea la sangre, la carne, el hígado y su bilis, el espíritu, las ideas y los conceptos, todo...

    ¿dónde estoy? ¿quién soy?

    - Oyeoye, espera - interrumpí - ¿Por qué me hablai de esto?

    domingo, septiembre 24, 2006

    El Armario Infinito (final)


    Entonces abrí los ojos y vi las puertas abiertas del armario, como una mujer que separando sus piernas ofrece su interior a la escencia masculina. La luz de la afiebrada luna de aquella noche violaba la oscuridad y, dentro del mueble, distinguí en las líneas de una masa informe las voluptuosas figuras de una multitud de mujeres desnudas que buscaban mi atención. Gemidos esporádicos, gritos, cantos, caderas meneándose. Cabelleras largas y cortas, mujeres obesas, mujeres esqueléticas, mujeres fértiles, mujeres fibrosas. Negras, blancas, albinas, trigueñas, niponas y polinésicas.

    Tenía a mi disposición un menú universal de mujeres. Un palpable globo terráqueo de cuerpos femeninos. Descubrí que con mi pensamiento podía decidir quien salía del armario y pasaba a mi cama....

    Entonces elegí que una mulata de cabellos rizados y una caucásica de senos poderosos me acompañasen aquella noche. Ellas no hablaron en ningún momento y se dedicaron completamente al amor hasta el momento en que desperté y ellas ya habían desaparecido.

    Entonces mi vida dio un vuelco. Salía del trabajo caminando apurado a mi casa... apenas entraba me prepara algo rápido para comer y me metía a la cama para quedar dormido lo más rápido posible...después venía ese pequeño despertar y luego la lujuria insensata. En menos de un año exploré todas la combinaciones de mujeres que mi mente podía imaginar.

    Una vez follé a 7 mujeres en paralelo. No me preguntes cómo.

    Al principio vivía obsesionado con el mueble y vi mi vida convertida en eso. No por nada pues tenía a mi disposicón un objeto mágico que mezclaba las crónicas de narnia, el señor de los anillos y una película porno. Me imaginaba al gral de las sopaipillas revolcándose en su esquina: "my precioussssss!!!!"...

    Después de un buen tiempo el asunto se fue calmando y pude comenzar a tener una vida prácticamente normal. El ejercicio constante me tenía en buen estado físico y con el cerebro bien oxigenado. Me ascendieron en la empresa, las mujeres me miraban en la calle y, casi por arte de magia, aprendí a bailar. Cierto día conocí a mi esposa, me enamoré perdidamente y me casé. Dos días antes del matrimonio salí a la calle, busqué un adolescente feo y espinilludo y le regalé el armario.

    Cuando se lo dí, sentí que había hecho la mejor acción de mi vida. Yo ya no quería el ropero y él lo necesitaba enormemente. Después de todo, el general de las sopaipillas cagó por el alcohol y no por culpa del armario infinito.

    martes, septiembre 19, 2006

    El Armario Infinito

    Ahuyentadas por el susurro de una brisa, las abrasadoras ánimas de una noche estival y las calientes sábanas que antes me envolvían, ahora replegadas, permitieron un breve instante de sueño. Pero los párpados no se cerraron un instante. El contacto con otro cuerpo cálido volvió a encender mis sentidos adormecidos.
    El roce de una mano femenina por mi muslo desnudo fue la primera chispa de calor. Una boca en mi obligo, una llamarada. El roce de dos senos por mi cuerpo, un incendio...

    La ciudad debió transformarse en un iracundo volcán mientras nosotros nadábamos en su lava espesa e incandescente.
    La tierra debió abrirse y, a gritos, fuego vomitar.
    El sol sobre mi dormitorio, estoy seguro, vi colapsar.

    Pero a la mañana siguiente todo seguía igual. La cocina seguía hedionda sin razón aparente, los ceniceros desbordaban de melancolía gris, las paredes seguían sucias, las plantas muertas y yo estaba solo. Sólo una cosa había cambiado entre la mañana de ayer y la de hoy...

    Miré el armario. Estaba cerrado y era imposible de abrir. Su piel rojiza no me decía nada más que cualquier madera... -Fue sólo un sueño- pensé.

    Al salir, la extraña emoción que sentía fue quebrada por la mitad de una botella rota blandida por el General de las Sopaipillas sobre mi garganta.

    El gigantesco bigote ceniciento empapado en vino o sangre.
    Los ojos, azules, rojos y amarillos, desorbitados y enloquecidos.
    Aliento de vino pútrido, sexo, grasa y menta.
    Su adiposo chaquetón militar... perteneciente a Arturo Pratt, según la leyenda...

    La desesperación alcohólica lo había obligado a venderme lo único que poseía aparte de su carrito de sopaipillas y mostaza... - Por veinte lucas podrías conseguir apenas 5 putas viejas... pero imagínate tener a todas las mujeres que quieras - me había dicho con su derruída grandeza.

    Ahora, con sus enormes manos me tenía aprisionado con una punta de vidrio enterrándose en mi cuello. -Conchetumadre, devuélveme el ropero o te dejo como vómito de vieja- dijo dislocando su gran mandíbula en cada sílaba.
    - Lo vendí a un amigo - mentí - dime, ¿quieres 20 lucas más?
    - Hijodepu...
    - ¿30?

    Sus ojos tenían una expresión desesperada. Lo recordé en su esquina parado: el colchón contra la pared, la botella con meado a un lado, el destartalado carrito de sopaipillas y él, el borracho general, puliendo meticulosamente su bendito armario caoba...

    - Bueno cuiquito, pero pásame la plata ahora o te rajo entero - dijo mirando el suelo, como ocultando su verguenza. Cuando le pasé la plata, tiró la botella al suelo, escupió un líquido que parecía sangre y me dijo algo que no entendí bien. En ese momento lo interpreté como una advertencia, algo así como que tuviera cuidado con el ropero, como si fuera una droga... ahora sé que quiso decir algo completamente distinto.

    Ese día trabajé y en la noche volví a mi departamento un poco ebrio después de un happyhour. Cuando entré a mi pieza vi mi nuevo mueble tal como lo había dejado: inmutable y silencioso frente a la cama. Traté de abrirlo una vez más sin ningún reultado. Me dormí pensando en la ingenuidad que me había hecho creer, al menos algunos instantes, en las locuras de ese viejo alcohólico...

    Pero cuando estaba a punto de quedarme dormido una rara fuerza me despertó. No era un golpe, tampoco un olor, ni un ruido ni una luz... Era una especie de concepto, una idea, una química interna que revolucionaba eróticamente mi cuerpo...

    No creo que pueda describirlo bien...

    Era el deseo sexual en su estado más primitivo, despojado de cualquier adorno, enamoramiento o fantasía... la sensación era parecida a la salivación por un olor a carne, al sudor por exceso de calor, a la sed por deshidratación...

    ..pero esto no era la excitación provocada por un estímulo particular mas que una reacción alquímica de sustancias etéreas, como una evocación del espíritu de lo femenino, la presencia de la diosa de la fertilidad, la escencia de una hembra en celo, lo vaginal, la procreación animal, una voluptuosa venus paleolítica desenterrada de las profundidades del mundo.

    Entonces abrí los ojos...

    lunes, agosto 07, 2006

    Santidad profana

    A sido un buen tiempo, pero no importa, ahy cosas que nunca se oxidan.
    Aqui va:

    El viento invernal se cuela por la ventana, helando mi habitacion. Aunque me gusta el calor, mas si viene de una mujer, hoy prefiero el frio invernal. Abajo, y extendiendose hasta el horizonte, puedo ver la ciudad, encendiendose para recibir a la noche que arrecia.

    Hoy me quedo en casa

    Tal vez, en ese sucucho del centro, donde la morena se mueve como gata, agarrada firmemente de la barra para que otros hombres no la bajen de alli, tal vez alli me echen de menos.
    Tal vez la rumba sandunguera que sale de esos sitios que tantas veces utilice para seducir y cazar, que inflama aun las mas frias noches de invierno, como esta, y se pierde solo tras la llegada del amanecer, tal vez esa rumba me eche de menos esta noche.
    Tal vez las copas y el alcohol de tantos y tantos bares, esta noche, mientras se riegan generosamente garganta abajo de los atentos y fieles feligreses que, como yo, acuden cada noche a saciar la sed de pena infructuosamente, mientras entibie estomagos y corazones extraños, tal vez esas copas y ese alcohol, se pregunten por mi y mi ausencia.
    Tal vez incluso exista un corazon de hembra sincero, que con un poco de aungustia se pregunte por que no hago cantar melodias eroticas a su telefono esta noche.
    Pero esta noche el puto se queda en casa.
    Por que muy puto sera un puto, pero incluso uno como yo tiene respeto por ciertas cosas.
    Y conosco mujeres que dirian que eso no es asi, que no soy mas que un desvergonzado que prometiendo amor consiguio sexo, que encubrio la calentura con cortesia, el deseo con ternura, y la triste verdad con hermosas mentiras. Podrian decir mucho mas si te quedas a escucharlas, a investigar su dolor, a hacerlas creer que realmente te importan cuando, la verdad es que solo te importa lo que tienen entre las piernas, bajo el escote, y lo que pueden hacer con la lengua. Todo lo que te dirian seria verdad, y mas probablemente si me preguntas a mi te enterarias de cosas aun mas desvergonzadas, como cuando me acostaba con alguna para sacarle celos a otra, o como iba saltando de cama en cama todo en la misma noche, o de cuando me cogi a sus hermanas en el viaje familiar, o a sus madres cuando su padre no estaba.
    Todo eso es verdad. Porque es la vida del puto, algo que ellas entienden y a veces practican, pero que no toleran en quien se las folla mas de una vez.
    Todo eso es verdad. Ellas te podrian preguntar que mierda respeta un tipo como yo, desvergonzado y patan, que despues de robarles el corazon les hurgueteo la billetera.
    Porque miento para amar, amo mentir, y a veces, solo muy pocas veces, amo de verdad y huyo.

    Pero hoy me quedo en casa, por que incluso un puto como yo conoce el respeto.

    Ayer murio atropellada la mujer que me hizo debutar.
    Esta noche, la noche puede esperar...

    jueves, agosto 03, 2006

    Exhibicionista y Voyerista

    Amigazos, renuncio a lo que me propuse en mi anterior post. Si alguien entendió lo que posteé (pues lo enredé lo suficiente para que fuese complicado) y se anima, que lo siga. Yo fui incompetente.
    Para saldar mis deudas con el blog, posteo algo cortito, generalmente depresivo, superficial y con unas breves tonalidades mamonas.

    - Penélope, ¿a quién quieres?

    Ella no le respondió, se hacía la dormida al otro lado de la cama

    - Penélope, sé que me escuchaste, dime... ¿a quién quieres?
    - Ya te dije que a tí, devolvió ella con voz de sueño

    El silencio para Rogelio era como el aleteo de un zancudo en la penumbra, amenazante de zumbar en cualquier momento dentro de la oreja.

    - Yo sé que te quieres acostar con otros hombres, no tienes para qué mentirme...

    Silencio.

    - Sé que te acuestas con otros hombres. Los dos sabemos que yo sé, que lo he visto...

    Silencio. La oscuridad los defendía de sus propias expresiones. Ambos querían gritar o irse o dormir, pues las nadas, los espacios de nada, amenazan estallidos.

    - Tú sabes que a mi eso no me importa. Ya hemos conversado que a mi me gusta mirar y sé que yo nunca te podría dar tanto placer como los otros... y a tí, además a tí te gusta que yo mire y te desee detrás del espejo mientras tú estás con los otros...

    - Penélope, ¿a quién amas?, preguntó nuevamente, asfixiado por la angustia

    - A nadie, respondió Penélope por fin - Nunca he amado a nadie más que a mis zapatos.

    miércoles, julio 26, 2006

    domingo, julio 09, 2006

    Lesbianas en acción, gratis!

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    jueves, junio 08, 2006

    Confesión


    He aquí un tipo confesando algo:

    Nada de subconciente, traumas infantiles, depresiones endógenas, sobrabundancia de hormonas, súper yos o chistes de doble sentido. El ser humano de la edad media era un simple campo de batalla entre el bien y el mal, donde la ira, la envidia, la glotonería y el deseo sexual eran huestes del diablo, y la piedad, la pacatanería y la represión soldados del bien.

    Yo no me reprimo. Soy un endemoniado.

    Desde muy pequeña conducí a mi hija hacia la belleza. Con los rasgos de su madre ella siempre ha tenido el potencial de una diva. La inscribí en cursos de danza y expresión corporal, le enseñé a peinar su pelo liso y a mostrarse siempre impecable, perfumada, femenina.

    Hay niños que desde muy temprano llevan su sexo muy marcado. Niños machos recios y niñas mujeres de insólita femenidad. Mi hija siempre fue una mujer precoz.

    Miré todos lo cambios que ocurrían con su mente y con su cuerpo a medida que crecía. Me impresionan dos cosas: El enorme parecido de su personalidad con la mía, y la fuerza, todo el potencial vigor de una vida que apenas germina enfrascada en la fragilidad de su cuerpo débil. Como un poderoso ácido embotellado en un frasquito de cristal. Como una ardiente puta proyectada a la infancia, vestida de bailarina diciendo "papá que es eso que tienes ahí?"

    La miro y es su madre. La miro y es mi hermanita. La miro y soy yo. La miro y es mi hija, mi madre, mi padre, mi suegra, mi suegro y el estúpido de mi cuñado. Ella es el cauce final de nuestra simiente.

    Y mi sangre se derramará con su menstruación, como si ninguno de los dos tuviese sexo. Como si ser hombre no fuese una particularidad de mi identidad, sino una singularidad en nuestro linaje, como un lunar o como llevar las uñas largas.

    Cuando llegó el esperado dia la fui a buscar al colegio más temprano que de costumbre. Le compré láminas de su álbum de figuritas y manejé hasta la casa mientras ella me hablaba de sus amigas, lo mucho que le gustaba el Joaquín,lo pesadas que eran Jacinta Henríquez y la Caro Muñoz, lo deliciosas que eran las manzanas con leche condensada y los sietes en dictado.

    "Órgano lleva acento en la primera o. Órgano. Ór-ga-no. Tres sílabas."

    Llegando a la casa, le dije que no me sentía bien y que necesitaba su ayuda. Se cambió de ropa, preparamos el bolso para sus clases de ballet y la llevé a mi cama. Me desvestí y la desvestí. La puse sobre mí.

    "Puedo contar hasta 126. 1,2,3,4..."

    No acabé dentro de ella sino en papel higiénico que había preparado para eso. Ella se había asustado un poco. Fuimos al baño, la lavé y le pedí que mantuviera el secreto, sobretodo con su madre, que se disgustaría si ella sentía picazón. La vestí, nos subimos al auto y la dejé en sus clases de ballet.

    De regreso, mientras manejaba, encendí un cigarrillo. No recuerdo tener ningún trauma infantil, ninguna falta de afecto, ninguna depresión endógena. Simplemente saqué a mi hija antes de tiempo de sus clases de segundo básico para meterle la verga. No me acosa ningún demonio. La tierra no se abrirá de pronto bajo mis pies para ser tragado por el infierno.

    sábado, abril 29, 2006

    Manual del transeúnte optimista


    A continuación: extracto de un edificante libro de autoayuda que mucho bien me ha hecho.

    "Al principio cuesta un poco, pero hay que lograrlo. La confianza en uno mismo y en los demás es vital.

    El buen vestir y el aspecto agradable siempre ayudan. Ducha en la mañana y desodorante bastan para que un latinoamericano camine fresco por la calle. Además, el semblante del buen transeúnte optimista debe ser alegre y natural. La risa medida de un caminante solitario ayuda a mostrarse inteligente y despreocupado (debes recordar que, muchas veces, eres como te ven).

    El encuentro con el sexo opuesto (caso hétero) le aporta al buen transeúnte optimista una oportunidad inigualable de poner a prueba su visión optimista de la vida. La opinión que pueda tener una mujer atractiva sobre un hombre puede influir vertiginosamente sobre su ego - recordad pues la bella historia de la princesa que transforma en príncipe a un sapo con un beso- y es por esto que es importantísimo saber reconocer los efectos del aura poderosa del transeúnte optimista sobre la gente que lo rodea, en particular con el sexo opuesto.

    Por ejemplo, un transúnte optimista viaja sentado en un subte con el carro casi vacío y una hermosa mujer con minifalda se acerca a él. El transeúnte optimista sabe como interpretar las acciones de la mujer y, si la escotada se sienta a su lado, reconocerá inmediatamente que la mujer quiere algo con él. Si la mujer se sienta enfrente, interpretará inmediatamente que la mujer quiere observarlo y ser observada y, la última opción, si la mujer se sienta detrás de él, entonces es porque quiere observarlo descaradamente y sin verguenza alguna.

    El contacto visual es también una poderosa instancia de encuentro. Un peatón optimista camina por la calle hacia su trabajo y se encuantra con una escultural diva de ojos azules caminando en dirección contraria. Después de un primer contacto visual, necesario para que la dama perciba las cualidades del positivo caminante, el hombre debe interpretar las acciones de la mujer con cautela. Si la voluptuosa fémina vuelve a mirarlo a los ojos, el buen transeúnte optimista debe detectar en ella una atracción física considerable hacia él. Si la mujer lo mira nuevamente pero no a los ojos, entonces debe reconocer inmediatamente que están admirando su cuerpo. Si, en cambio, la mujer no vuelve a mirarlo es porque algún problema tiene.

    El buen transeúnte optimista debe estar atento a roces en el transporte público, risas secretas en grupos de colegialas, miradas reflejadas en los vidrios, bostezos propios contagiados a bonitas féminas, mujeres que se arreglan el pelo o revisan su pintura.

    Nada es casual. El atractivo de un transeúnte optimista es innegable.

    El transeúnte optimista simpre cree que aquella mirada coqueta fue más intensa de lo que fue, y tiene razón.

    El transeúnte optimista sabe que sus éxitos son propios, del atractivo natural, y no de una bufanda en particular o de aquella chaqueta que tan bien le queda.



    En el próximo capítulo, discutiremos sobre la confianza que el buen transeúnte optimista debe tener en la tecnología y sus usuarios. Día a día el transeúnte optimista debe confiar su vida a choferes, frenos, cinturones de seguridad, pedales y pavimento, por lo que resulta necesario reflexionar sobre la perspectiva que debe tenerse al respecto."

    lunes, abril 24, 2006

    Soy Devora, y tengo lo que quieres.

    Devora
    Tengo siete kilometros de piernas que hacen mi cuerpo irreal,
    Rajuño y muerdo si te pones encima mío, cual maquina devastadora de Jungla.
    Soy una herida en la boca, dolor caliente de placer invisible.
    Tengo tetas de belleza narcótica que verás al cerrar los ojos.
    Y eres como el mar si estoy encima, como un transatlántico fantasma hecho de gemidos.
    Soy el loto perfecto, y la feliz esclavitud del hombre.
    Poseo ojos de pantera en celo y estoy loca como una liebre en primavera.
    Mi lengua tiene la fuerza de un geiser que nunca descansa.
    Mi cintura hizo al ceramista, cuando bailo causo florecimientos.
    Mi culo es causa de religiones y mis labios son aves en flor de vuelo.
    No seré tu única mujer, pero no habrán otras después de mi.
    Las camas tiemblan al verme, y los parques y las calles conocen mis gritos.
    Tengo un tatuaje en mi monte de Venus, que marca en dulces susurros el camino de tu lengua.
    Soy inocente y pervertida, sucia e irresistible, macabra obra de tus deseos,
    y me deseas, yo sé que me deseas...

    jueves, marzo 30, 2006

    El escorpión

    Poco antes de llegar, un afiche de no sé que cosa logró retener mis pasos y mis pensamientos. El afiche tenía dibujado un escorpión en posición de ataque y, como ando permanentemente buscando cualquier cosa para escribir en este blog, me puse a filosofar sobre la extraña morfología del arácnido. La principal reflexión que logré en ese momento fue notar que no existe nada en aquel bicho, absolutamente ningún elemento en su anatomía, que no esté hecho para pelear. Su piel es una armadura, sus manos tenazas filosas y letales, su cola es una espada en permanente posición de ataque... como esto es un puticlub, había que escribir algo sexual así que pensé en comparar la agresividad en la imagen del escorpión con la sexualidad implícita de un pene dentro de una vagina... ¿por qué ese animal estará condenado a la guerra eterna? ¿puede el escorpión abrazar a otro y expresar su cariño, a pesar de su morfología feroz?

    Finalmente me encontré con unos amigos y fuimos a almorzar al lugar que habíamos acordado. A pesar de que el almuerzo fue vegetariano y livianito, por alguna razón alguien arrojó de cabeza a Sigmund Freud sobre la mesa, y citó una de sus anécdotas relacionada con el subconciente:
    - ...entonces el amigo, en mitad de la historia que narraba, se quedó callado buscando una palabra que había olvidado. Freud, que pensaba que el olvido no podía deberse a un fenómeno químico o físico sino a una acción del cerebro involuntaria, adivinó que al sujeto le sucedía algo...entonces sacó papel y lápiz...
    - no andaba preparado pero...-bromeé
    - Freud siempre andaba con papel y lápiz -dijo serio mi amigo- porque gozaba que la gente le revelara sus vidas a través de la "asociación libre", que en este caso consistía en que su amigo dibujara cualquier cosa en su bloq...

    Antes de empezar a dibujar, su amigo le comentó el significado de la palabra que había olvidado y que Freud interpretó como "Salvador" (en germánico por supuesto). Luego el amigo comenzó a dibujar heridas sangrantes, cachorros, guaguas y un montón de cosas de ese estilo... Sigmund no lo pensó dos veces pues sabía que el inconciente delataba a cualquiera y adivinó en segundos que su amigo había obligado a su novia a abortar y ahora, arrepentido, buscaba casarse y embarazarla nuevamente. El bebé "salvador" lo redimiría... muchos de nuestros actos -concluyó mi amigo- incluso el olvido, pueden ser obra de nuestro subconciente.

    Caminando de regreso a mi casa, cuando casi había olvidado todo esto del subconciente y preparaba mentalmente mi escrito sobre el escorpión, Sigmund Freud me habló desde su helada tumba, a través de mi mente melancólica, prostituida y carente de afectos. Me pilló de sorpresa, como un anillo de fuego que de pronto me envolvió
    "¿Acaso eres incapaz de querer y sólo eres un guerrero, como el escorpión?"

    martes, marzo 21, 2006

    Domar a las salvajes!


    Estas palabras son de un gnomo del bosque de las tierras yermas de antofagasta. Su mujer, una hermosa virgencita, le pidio que la desflorara y al otro dia le dijo, sin dolor, "no me valoras"



    ¿Como sanarle a una doncella amazona sus furias injustificadas?


    No todo en la vida es pico antes de irse a la cama, pero dicen que la risa hace cosquillas all
    a abajito.

    "mi gnomina, que como monita chilla, por mi falta de amor de cazador del invierno prusiano. ¡No me pida que ponga en mi boca de soldado veterano de camboya palabras de corin tellado!

    " andreita que desde la estepas baje lleno de flores de afganistan, te traigo aqui mi amor duradero digno de un gnomo enamorado loco por tu olor"

    "Digo que nunca más sentirá dolor por mis gruñidos de Gorila del monte ¡Nunca más! Asi como el mar de nuestra costa de color cafe clarito acepta la luna limpia y plateada como una tapadura. Uste, gnomina, acepteme! Porque en pelearse se nos van los cuartos de hora, y ahora quiero cultivarle mi amor en su cuerpo de princesa afgana"

    "Desde el oriente a occidente, de la luna a jupiter, de antofagasta a tal-tal , desde mi arbol a tu cama, mis pasos de monito te seguiran como una banana virginal; gnomina espereme en su lugar que voy hacia alla con bananas y un matinal: corazones rojos laten sin cesar.¡Toma mi beso primordial!"

    "Gnomi Gnomina, dejemos que llegue una risa con sabor a amor salvaje de las hierbas a nuestra vida furiosa, ¡cada vez que gruña, carcajeame la vida y dime: KOKOROKO, eres un gruñon y estas loko! Y como un cuchillo y un tenedor almorcemosnos el uno al otro, a pedacitos pequeños y cuidando las chispas de nuestros roces. Polvorin polvito. Esta vez voy a explotar de alegriamor. Mi gnomina ¡Desparrámate en mis brazos y dame un besito!

    viernes, marzo 03, 2006

    palabras

    las sabanas susurran suavemente sobre su piel de seda. cubierta la entrepierna, me muestra sus generosos senos mientras enciende un cigarro. Entre la voluptuosidad del humo y la penumbra de la pieza, me atravieza con su mirada de loba hambrienta.
    - No te muevas. quedate alli. te gusta mi cuerpo, no?
    -Sip- desde el otro lado de la habitacion, apoyado desnudo contra el muro, la oscuridad cubre parte de mi desnudes.
    -¿quieres fumar?- pregunta coquetona, con esa mirada que derrite el hielo. -Tendras que esperar...- me dice triunfal, antes de que pueda contestar nada. Asi le gusta a ella. Control. En la vida de puto uno se topa con muchas cosas. esta es una de ellas. y para ser honesto, me gusta. muchas son las mujeres que se hechan despalda y se dejan hacer. un cambio, para variar, ayuda a matar el aburrimiento en el trabajo.
    Se mueve despacito, frotandose y revolviendose como una gata,y me siento como un raton. Tan perfumada, tan exuberante, tan embriagadora. no puedo creer que su marido no la toque...
    pega una profunda fumada, y bota el humo hacia mi. se pasa el dedo por los labios carnosos, los ojos clavados en mi cuerpo desnudo, teñido por la penumbra.
    - cuentame, que vas a hacerme...
    -con detalles?
    -TODOS los detalles...

    trago saliva y araño despacito el muro. ella se da cuenta y se rie, como una leona. respiro hondo y me digo a mi mismo, esto es un trabajo y tienes que hacerlo bien. la miro a los ojos, desafiante, y primero como un susurro le digo:
    - tu ombligo.
    -mi ombligo?
    - con un solo dedo jugaria en tu ombligo, me hundiria en el y lo disfrutaria, como un niño una montaña rusa. - suelta una risita.
    - con un solo dedo saborearia tu piel. lameria con el los costados de tu cuerpo, hasta enrredarlo en tu perfume, y entonces tiraria de el hacia mi, para tenerte mas cerca.
    -sigue...
    - ya que te tengo enrredada, posaria toda mi mano, y entibiaria con ella tu cuerpo, rozaria despacito el costado de tus senos, para verte estremecer. despacio, muy despacio, subiria por tu cuello hasta llegar a tus labios...- como una serpiente se cuela su mano bajo las sabanas, rozando despacito sus senos, la otras sube por su cuello.
    - que mas...
    - entonces el mismo dedo burlon rozaria tus labios, buscando tu lengua, buscando tu saliva para humedecerse...
    -mmm...
    - bajaria entonces por tu cuello, mojando un camino de vuelta a tu ombligo, para volver a empezar, rozando esta vez el otro costado de tus senos...- su mano baja por su cuello, un solo dedo recorriendo todo el camino hasta su ombligo, para volver a subir, hambrienta, por el borde de sus senos hasta su boca. bajo las sabanas, un movimiento casi imperceptible me hace estremecer.
    - ya mis dos manos estan hambrientas. te cojo de la cintura y te traigo hacia, con fuerza, y mientras te estrecho entre mis brazos, comezaria a rozar tus labios con los mios.- su dedo juguetea en sus labios, los ojos cerrados, la exprecion perdida, entregada a lo que su mano hace bajo las sabanas.
    -dame tu legua- me dice viceralmente,mientras su boca se habre, tragandose dos de sus finos dedos.
    - te la doy, completa, y nos besamos profundamente, mis brazos alrededor tuyo te apresan, mis manos recorren tu espalda y tu culo. entonces te llevo contra el muro, y te muerdo el cuello.
    -mmmmm!!! comeme las tetas...!- su mano acaricia y apreta esos senos divinos, mis manos arañan el muro y acarican la oscuridad pulsante, su mano bajo las sabanas me tiene hipnotizado...
    - las saboreo goloso, mordiendo, lamiendo, chupando, mientras mi mano se cuelan entre tus piernas, acariciando su interior...
    -Aaaah!!
    - ...despacito, por fuera, solo rozando, esperando que se abra sola...-
    -MMMM!!!
    - ...hasta que siento eso humedo y tibio, y sin apuro, deslizo un dedo, luego dos, y comienzan a bailar...- su mano acaricia su pecho, ansiosa, las sabanas se revuelven y parecen gemir, la oscuridad se tensa.
    - MAASS!!!
    -los muevo dentro tuyo, primero suave, pero cada vez con mas fuerza, cada vez mas profundo, sin dejar de besar tus senos tibios, mientras mi mano se agarra de tu culo...- bajo las sabanas se sumergen sus dos manos, se deja caer de lado, despacito, entregada al placer, las almohadas la reciben como amantes, mientras ella se revuelve salvaje sobre la cama, cada vez mas desecha, cada vez mas embriagada por su pasion...
    - te levanto con fuerzas, apretandote contra el muro, comiendote la lengua, mi mano en tu entrepierna moviendose salvaje, mi piel ardiente abrazando la tuya...
    - COJEME!!!- es una orden, y a punto estoy de saltar sobre la cama y hacerla mia, pero aun no es el momento, aun no. me tiemblan las piernas de verla asi, encendia sobre la cama, revoliendose como fuego.
    - rozo con mi miembro tu concha humeda, y de una vez, entro por completo, hasta la raiz...
    -AAAaaaaaaaa!!!- tiembla y se retuerce, la oscuridad palidece, las sabanas se tensan por un segundo, segundo que parece eterno desde el otro lado de la habitacion, aferrado a la oscuridad pulsante y al muro para no lanzarme sobre ella.
    se relaja, saca sus manos de bajo las sabanas, se levanta, languida, y enciende un cigarrillo.

    - eso estuvo bien, muy bien- dice con cadencia felina, mientras mira mi carne tensa de exitacion. -ven, ahora te toca a ti...
    cruzo la habitacion,saboreando el humo de su cigarrillo.
    antes de saltar a la cama, toco el interruptor.
    se apaga la luz.

    miércoles, marzo 01, 2006

    Un relato erótico


    Los cuentos eroticones son mi adicción. Puedo decir que desde que las fotos porno dejaron de tener mayor efecto en mi líbido, las historias sexuales escritas se han transformado en un manantial infinito de energía sexual, que vierto con todo gusto sobre las angustiadas hembras que a mí acuden.

    Por lo general, estas historias para lograr su cometido de erecciones diversas, deben penetrar en la virginal esfera de lo prohibido, acariciando retorcidas situaciones en las cuales una persona común y corriente -como uno- en la vida real difícilmente rozaría. No me imagino, por ejemplo, "Pervirtiendo a mi mujercita" con mis amigos (no podría volver a mirar a la cara a ninguno de los susodichos) ni menos teniendo sexo oral con "La mamá de Nacho". Los buenos relatos eróticos que se precien de tal son viajes a la deriva, con sólo boletos de ida, hacia aventuras de trágico final. Nunca conocerás ni serás protagonista de una buena historia erótica.

    Esto creía hasta hace poco, pero nunca es tarde para estar equivocado pues, a veces, los relatos eróticos se vuelven reales y la persona menos pensada se convierte en protagonista.

    Obsesionado como estaba con los relatos eróticos, no me di cuenta que llevaba mi nueva adquisición erótica en la chaqueta hasta que la "profe de arte" (y reciente polola 17 años mayor) de mi amigo anfitrión del carrete que nos albergaba, sacó el libro de mi bolsillo y lo miró con alguna emoción:
    - Tienes un libro de Osvaldo Lec!!, dijo su fumadora voz con extraña ternura
    - Es buenísimo -le respondí emocionado porque podría hablar sobre mi obsesión- ¿lo has leído? ¿no? Mira hay un relato aquí que es increíble, te lo voy a contar para que veas lo bien que escribe este tipo, dije un poco pasado a piscola.
    - Ya lo creo -dijo con una coquetería que logró decompasarme el corazón- Osvaldo es un gran amigo, cuéntame de qué se trata...

    El cuento que le narré tiene un argumento bastante simple. El relato se llama "La Mona Elisa" y es más o menos así: Tras la muerte de un pintor, sus amigos cercanos realizan un viaje en auto a la costa para tirar sus cenizas al mar y, de paso, ver la última pintura del difunto que posaba aún fresca en su casa del litoral. En el camino, los amigos del pintor hablan sobre las extrañas relaciones sexuales que se pueden tener con algunas mujeres y cada uno cuenta sus propias experiencias con lujo de detalles.

    Cuando le relataba los extraños encuentros que narraban los personajes, la piel de "la profe" adquiría cierta palidez. Ella hacía comentarios de vez en cuando que yo no podía oir bien por la música, y que yo atribuí a la reacción natural que un oyente puede tener frente a los inconcebibles rituales de apareamiento que el cuento describía. Yo, para impactarla aún más con el relato, la empapaba de los detalles más sordidos a medida que palidecía. Después tuve la sensación de que se estaba excitando con mis palabras, lo que me produjo una seria contradicción vital, dada la perturbadora existencia de mi amigo.

    Una vez que los cuatro compinches de la historia finalizan sus relatos, queda cierta sensación de redundancia en las experiencias: Las aventuras de los amigos eran demasiado parecidas. Todas las narraciones coincidían en la descripción de una rara y salvaje mujer que los había enloquecido con una fiereza primitiva y carnívora, que gustaba de manchar su exhuberante belleza con lodo y sangre, que gozaba con gritar y difamar en lenguas antiguas mientras jugaba a la diosa Tierra, divinidad que es lacerada para que el hombre entierre la semilla en sus profundidades.

    El final de la historia comienza a develarse cuando los amigos intentan averiguar entre ellos con qué mujeres habían tenido aquellas extravagantes relaciones. Todas las preguntas se responden cuando al llegar a la casa del muerto ven que su última creación era un retrato realista de Elisa, la mujer ausente del grupo, desnuda a cuerpo completo con las piernas plenamente abiertas, con el rostro sucio por el barro.

    De pronto la "profe" comenzó a llorar pero yo seguí:
    - En ese momento, todos terminan por aceptar que una sóla mujer, Elisa, es quien depositó en todos ellos los dislocados recuerdos sexuales que conversaron. Terminando el relato, los amigos pegan un recorte de la cara de la "mona lisa" sobre el rostro en óleo de Elisa, con el objeto que ella nunca se enterara de que la habían descubierto.

    La "profe" y polola de mi amigo se había quedado lela. Sus ojos se quedaron fijos en el vacío y su boca estaba a medio abrir.

    El silencio posterior a mi relato lo rompió mi amigo el anfitrión:
    - Elisa, linda ¿con qué historia te asustó el tiomemo?...

    jueves, febrero 23, 2006

    Viejo Crack

    Las minas ricas y la gente rara son la única distracción posible durante mis lecturas matutinas en el metro. De cuando en cuando, mis ojos se desvían de las inverosímiles noticias de "la hora" para posarse sobre delicadas flores urbanas que viajan a sus universidades adornadas sutilmente por lindísimos zarcillos, castas blusas blancas, tímidos escotes color piel o flameantes minifaldas. Lamentablemente, estos avistamientos rara vez se perpetúan en la memoria con la misma intensidad que otras experiencias, menos estéticas, en las que, intrigado por algún ruido, un hedor o una vociferación desmedida, mi atención se diluye del papel manchado y se enfoca en la "gente rara": definidos como aquellos extraños seres de ignota procedencia que acusan estados clínicos de locura ya sea en su aspecto estrafalario o en su conducta desorbitada.

    Después de años de viajes en el metro y muchos encuentros con gente rara, no me sorprende concluír que nada puede sorprenderme.

    El otro día, leyendo un insólito artículo titulado "Las paltas también se estresan", cuyo autor lametablemente olvidé, me percaté que un extraño sujeto me miraba fijo. Había mucho de "bailarín de tango venido a menos" en el aspecto de quel anciano. Estaba vestido con un terno azul a rayas grasiento, con pañuelo rojo al cuello -y otro en la solapa- y un sombrero negro ladeado protegía su cabeza de la luz eléctrica. Advertí que uno de sus ojos me miraba fijamente la cara mientras el otro ojo, un poco extraviado, parecía no ver nada tras un velo opaco de senilidad. Apenas lo miré, el viejo detectó mi atención y largó, con descaro, su pregunta:
    - ¿Satisfaces a la clientela?, gritó
    - ¿perdón?, susurré mientras me acercaba a él para que no gritara pues la conversación amenazaba con teñirme la cara de rojo...
    - Me escuchaste perfectamente, gruñó
    - Bueno... supongo que sí... pero...
    - Cuidado que soy un viejo vivo -me interrumpió- y deja de hacer eso con la lengua porque no te servirá de nada.

    Debo explicarles por qué aquel último consejo, sumado a la vehemencia del anciano desquiciado y a la insolente curiosidad de los pasajeros vecinos, incendió mi cara: La lengua, para todo puto que se precie de tal, es tan importante como el sin-esqueleto. Un remolino loco cargado de pasión con la lengua puede producir en las féminas una marea de placer incontenible. Para lograr esto, eso sí, la lengua tiene que estar en forma, lo que se logra con repetitivas y veloces carreras dentro de la propia boca, que yo realizo cuando estoy distraído, con los labios cerrados para no parecer un depravado. La sola mención de los ejercicios para tonificar mi lengua logró avergonzarme frente al casual público del carro. Me sonrojé y, por supuesto, detuve mi maratón bucal.

    - Reconozco a un "jigolós" cuando lo veo -siguió el internable- ahora se visten todos de maricas... en mis tiempos no era así...
    - ¿Y su pañuelo rojo?... - pregunté con una agudeza desconocida en mi- a mi me parece bastante...
    - Yo también fui "alegre de cascos" en mi epoca - dijo sin escucharme- me vestía como hombre y la lengua sólo era para hablar... Con buen blablá las clientas se vuelan a otro planeta, gritan de placer cuando las hacen gozarrrr...

    El viejo continuó con su exposición de palabras gritonas que sin duda todos los pasajeros disfrutaron. Después, de palabras simplemente gritonas, el discurso incluyó palabras obscenas y gritonas. Luego vino la mímica del acto sexual con una mujer que definitivamente no era voluntaria para actuar. Prosiguieron gemidos y gritos sexuales simiescos, proezas "geriatrico-contorsionistas" y alguno que otro porrazo vergonzoso y entristecedor. Todo lo hacía, según me comunicaba a todo pulmón, para enseñarme a ejercer de buena manera la prostitución.

    Afortunadamente se abrieron las puertas y me pude bajar corriendo, por lo que no tuve que presenciar a plenitud su acto final de exhibicionismo.

    Llegando a la casa de Amelia (una señora de cuatro decadas con sólo una teta) nos disfrazamos de príncipe y princesa persa para probar algo distinto. Influenciado por el viejo, le hablé de mahoma, kung-fu, el tawantinsuyu y todas esas cosas orientales para ambientarla. Al final todo resultó bastante bien: mi atlética lengua descansó y, contenta, Amelia pagó el doble por mis servicios. En definitiva, algo podría agradecerle al viejo crack.

    martes, enero 31, 2006

    Ausencia

    si solo pudiera odiarte seria mas facil, pero nunca me diste razon alguna para hacerlo. aun hoy, despues de todo el desenlace, no encuentro manera de hacerlo. podria invertar razones, justificar lo injustificable, darle vuelta al gato sobre su quinta pata, pero al final seria todo en vano. todo lo que hago es en vano...
    embotado, salgo de casa. navegando mi cigarro, me sumerjo en la noche, ansioso. busco entre el humo y el olor a perfume barato, la musica estridente y las palabras muertas. busco bajo las piedras y los posavasos, en los baños y farmacias, en el enrrarecido aire de la juerga, y sobre todo, bajo la piel y entre las piernas de muchas, muchas mujeres. pero todo es en vano.
    y el vaso que trato de matener siempre lleno, para no ver tu rostro en el fondo, me trae alegria amarga. tu sonrisa bajo mis sabanas, tus pies descalzos, tu ombligo, tu suspiro antes de dormir. todas cosas de una vida que me parece dolorosamente extraña, terriblemente lejana.

    por mas que me raspe la piel con rocas no puedo borrarme tu ausencia.

    embotado, salgo de casa. no es por el humo del cigarro, ni por la eterna resaca. no es por la seductora noche, ni por el calor de mierda. ya lo dijo un viejo lobo del hueveo: "los putones, como los jedis, nunca se enamoran". y yo estoy jodidamente enamorado hasta las patas, y no tengo a yoda para que me aconseje.
    es tu ausencia. me embota, me caga, me jode la puta vida de mierda. me falta tu piel y tu culo helado, tu beso de buenas noches y tambien el de buenos dias. me falta tu aliento en mi boca y tus uñas clavadas en mi espalda, tu cabello siempre pulcramente perfumado y tus ojos de gata.
    tu olor y el mio, mesclados despues del sexo...
    es tu ausencia, y todo lo que haga para olvidarte es en vano...

    sábado, enero 28, 2006

    El Hijo de Dios (3, final)


    Putitos, el desenlace:

    Rodeados por un cesped verde, los hombres y las mujeres todos de negro, elegantes y sobrios, parecen hambrientas aves de carroña junto al féretro. Un cura, el cóndor, presidía solemnemente la ceremonia y hablaba de lo que tenía que hablar: "Jesús murió por nosotros" "venció la muerte para darnos resurrección" "fue crucificado, muerto y sepultado". Jesús tuvo un entierro judío, pensé. Después de todo, los mismos que te matan te sobreviven y después te entierran.

    Carlos se acercó a mi, estaba deshecho y me abrazó tratando de decir algo. Cuando se hubo calmado comencé a entenderle: Están enojados porque se enteraron de todo, me dijo desesperado
    -De todo de qué, interrogué
    -Lo de nosotros
    -¿pero por qué arman tanto escándalo? ¿cómo se enteraron?, desesperé
    -Yo también voy a morir, balbuceó
    -¿De qué huevada me estás hablando?, insití encolerizado
    -De SIDA huevón, el mismo que te contagíé a tí y que tú le pegaste Juan.

    Mi estómago libró la tensión mediante un espeso vómito amarillo que entintó la lápida de un sujeto desconocido. Ví como todos me miraban con odio. Todos estaban seguros que yo era el culpable de aquella muerte insensata. La madre desconsolada, cuyo hijo había muerto y salido del clóset en un mismo instante, parecía una oveja que no entiende por qué le quitan a su pequeño cordero. Su mirada sumergida en sal penetraba mis entrañas. El cura calló al notar la presencia de un enemigo y un silencio andino enfrió aún más el encuentro.

    - Cuando Juan terminó contigo anduvo con Félix, remató Carlos.

    Me di vuelta y comencé a caminar. No podía quedarme allí. Tampoco podía irme sin decir nada y, antes de voltearme grité: "¿Están seguros que la culpa es mía? ¿Él no me engañó? ¿Era él un santo?"

    *

    De esto han pasado ya muchos años y el sida ya no necesariamente es fatal. Desde aquel día en que me enteré de mi enfermedad pienso en la muerte de Juan, en sus últimos momentos. Lo imagino boca arriba con sus manos extendidas por el lecho. Imagino su piel lacerada por el cáncer de Kaposi y su boca desfigurada por la proliferación del Herpes. La respiración obstaculizada por derrames pulmonares. Justas y sabias palabras finales emanan de su boca tras un último aliento angustiado. Una agonía excesivamente dolorosa, pero romántica.

    El Hijo de Dios (2)


    Después de eso no lo vi en mucho tiempo. Entre nuestros amigos se rumoreaba que había renunciado a su trabajo y que ya no salía del departamento. Por momentos nos reíamos de sus locuras y nos lo imaginábamos atado a un tronco de madera frente al ventanal de su habitación, perdonándonos a todos por nuestros pecados. Yo lo llamaba por teléfono semanalmente pero él no contestaba. Nos tranquilizaba de vez en cuando mandando un correo a alguno de nosotros, con un mensaje divino. La teología de estos mensajes generaba horas de diversión: "Dios es Amor", "yo soy la palabra", "tengo un gozo en el alma".

    Con el tiempo que pasaba sin verlo por su reciente zafadura, empecé a extrañarlo con angustia. Me despertaba en las noches, llorando, después de que mis pesadillas le insertaran lanzas por los costados, lo desangraran con golpes de latigazos y lo sacrificaran en las cimas de Gólgotas oníricos.

    Varios meses después de nuestra última conversación, sonó mi celular en mitad de la noche. Juan estaba en el hospital. Fui a verlo sin pensar en nada y lo encontré solo, vendado como momia. Félix, uno de nuestros amigos, lo había golpeado hasta casi matarlo. Juan apenas podía hablar (tenía heridas en la garganta) y hacía gestos para que le acercara mi oído. Me acerqué y me susurró con una tenue brisa cálida: "Éste es mi Via Crucis". Yo no pude contener el llanto y tomé su amoratada mano para recibir su calma, como lo hacía cuando éramos amantes, pero él tomó mi mano primero y la presionó con fuerza. "Yo te perdono, aunque seas Judas", y miró hacia la entrada: Había llegado la enfermera. Tuve que irme. ¿Acababa de llamarme "Judas"?

    Durante esa semana y las tres siguientes viví tratando de encontrar a Félix. Hacía tiempo que quería golpear a ese bruto estúpido que se creía mejor que yo. Ahora había golpeado a Juan, por lo que me daba una razón pública y de peso para darle una paliza. Me imaginába topándomelo en plena calle, la gente rodeándonos y mis puños vigorosos e incisivos en su rostro de simio. Nadie me quería decir donde encontrarlo, inluso me parecía que ninguno de los cercanos quería siquiera hablar conmigo. No me topé con Félix hasta el dia del funeral de Juan.

    Mi salud no había estado muy bien, una tos violentísima me sacudía cada noche. Su madre me telefoneó para avisarme que había muerto. Me contó que días después de recibirlo de alta en su casa, un desmayo en la ducha los alertó sobre una recaída. "Estaba sufriendo mucho", repetía entre sollozos. En la clínica hicieron todo lo que pudieron pero finalmente un paro cardíaco terminó con su vida desordenada. "Estaba sufriendo tanto". Traté de calmarla, pues imaginaba una muerte por sobredosis. Ella del otro lado estaba desconsolada (como yo lo estaría después) y me preguntaba y tiraba frases al aire "¿por qué nunca me dijo?" "Nunca me dejó conocerlo" "¿Tú sabías?" Yo en mi cabeza elucubraba a Juan con su mente empolvada hasta las nubes, punzada por relumbrantes líneas de cocaína, como una tormenta luminosa y oscura, dando fin a su vida en una cama de hospital, padeciendo la ironía de morir a los pies del vencedor, cuya imagen crucificada dominaba desde la pared, sobre la cabecera del lecho de muerte. "Estaba sufriendo tanto"...

    jueves, enero 26, 2006

    El Hijo de Dios (1)


    Les pido que me disculpen el que a veces me salga de los temas que este blog debe ahondar.... pero sucede que como putito callejero uno escucha muchas historias y desde esa perspectiva es adecuado publicarlas aquí.

    El siguiente relato se lo escuché a un triste tipo en un bar y le di mi correo para que lo escribiera y pudiera ser publicado. Mandó el relato dos meses después del encuentro y curiosamente el estilo de este tipo coincide mucho con la pluma clásica y mamona que de mí están acostumbrados. Saludos putos.

    "El eco de sus palabras resonó con fuerza en su oficina de paredes vacías. Sólo un enorme cuadro abstracto, que hacía discreta referencia al Crucificado, adornaba la pared del fondo con colores vivos y desparramadas pinceladas. Juan Bautista Lira, publicista de profesión, homosexual multimillonario con apenas treinta y tres primaveras cumplidas, acababa de revelarme su ascendencia divina. Me pedía ayuda pues necesitaba cumplir, a su edad, el destino final de Jesucristo.

    No sé exactamente cuando empezó con el asunto religioso. Si mal no recuerdo, todo fue gatillado por las películas. Durante dos meses, postrado por una enfermedad pulmonar, se dedicó a ver películas bíblicas y a pasar tardes enteras dándonos cátedra sobre los errores y los aciertos, históricos y teológicos, de distintos trabajos fílmicos entre anécdotas de irrefutable falsedad (una vez me contó que había escuchado la musica de 'Jesucristo SuperEstrella' cuando aún no había nacido, en el vientre de su madre, y que cuando la escuchó por primera vez "en vida" cantó a la par del disco todas las canciones de Ted Neeley). Después, en la historia de su obsesión, comenzó su pasión por los símbolos eclesiásticos. Se enamoraba de cruces, vírgenes de yeso, nacimientos, cuadros religiosos, rosarios prehistóricos y cualquier chuchería barata de viuda devota. Tapizaba su departamento con crucifijos, santos atravezados por flechas y gigantografías de Robert Powell coronado por diademas de espinas.

    Conocía sus bromas y nunca creí que hablase en serio. Ni siquiera en ese momento en que en su despacho, con lágrimas en los ojos, me pedía que lo ayudara a clavarse en el madero. Siguiéndole un poco el juego, le comenté que clavarse en la cruz era una mala idea puesto que ya no tenía originalidad. Jesús no podía morir dos veces de la misma forma. Debería ocurrírsele alguna otra manera de efectuar su muerte, pero conservando el carácter penitenciario, la pureza estética y la romántica agonía dolorosa de la crucifixión.

    Mis palabras fueron oidas y me dio la razón. Agradeció vivamente el consejo y dijo que meditaría ampliamente sobre este asunto. Antes de irme, insistiendo sobre su condición, me dijo que su padre ya había decidido el final por todos nosotros."

    domingo, enero 08, 2006

    :___/\______\o/____: Tiburón de piscina.

    Rara vez he encontrado algo tan certero y en lo que todos pueden estar deacuerdo conmigo. Las leyes estéticas son una mierda... Profundizo... (por honrrar a nepslord supongo) hagamos una lista mental de todas las minas buena onda que conocemos, pero que no son en lo mas minimo de interés romantico. Me refiero a las mujeres que no aportan a las pajas (valgame dios, ese lenguaje!!). Todos conocemos a dos o cuatro de las "guatonas buena tela" o las "bestias peludas", o a Jamón sin ir mas lejos. Estas personas que son amenas, simpáticas, sensibles, etc... Entonces que es lo que quita la química? por mucho que detesto esa palabra...


    Es el margen estètico.


    Por eso antes de que sea demasiado tarde hago referencia al titulo y me declaro TDP (tiburón de piscina). Que sería una antitesis de lo que fue la CSM (campaña super modelo) que patrocino más de algún dolor de cabeza.

    La TDP trabaja por aboler los limites estéticos para porder trasender a la personalidad del individuo, vengan las feas, las gordas, las rechazadas, las raras, solo hace falta el factor humano, que priorizo ante el resto.


    Aqui una foto de mi nueva novia...

    martes, enero 03, 2006

    Viagra


    ¡Quién chucha se creía! Con el orgullo herido, me negué con voz, pies y cabeza a su petición.

    Pero ella insistió.

    Estiró su delgado brazo moreno para pasarme el frasco que, como único adorno al entregármelo, desnudó completamente el cuerpo. La miré: Tetas chicas pero altivas, cintura muy marcada: quizás caderas demasiado grandes, erótico pelo negro ondulado, piel perfecta y, una inteligencia diamantífera que emanaba de sus ojazos negros -una vez, cuando me coqueteaba, conjugó "ir" por "iva" en un crucigrama-. Toda ella, desnuda, sentada en sus talones sobre el cubrecama ¿Cómo explicarle que no necesitaba esa huevá de medicina?

    Por amigos me había enterado que había sido depresiva, que incluso hace muchos años atrás la habían internado. Probablemente algún trauma le quedaba. O no creía en mí o tenía complejo de fea.

    Rápidamente saqué la última pastilla de sildenafil, cerré el frasco y lo dejé por ahí. Apagué la luz y, lanzándome encima de ella, deposité la píldora entre sus labios.
    - Deberás dármela tú, galanteé.

    Ella comenzó a forcejear con "la pastilla de la felicidad" entre los dientes y, en alborotada risa, nos dimos un par de vueltas sobre la cama y caímos al suelo. Después del golpe, para mi preocupación, se quedó callada y emitió una pequeña tosesita. Me incliné sobre ella y me miró con sus ojos inteligentes.

    Muy seria, anunció haberse tragado con el golpe la píldora mágica del sexo.

    Imaginé inmediatamente un voluminoso cuerpo cavernoso emergiendo de su femenina entrepierna, una naciente virilidad bajo su pubis. Al parecer, ella pensó lo mismo porque se veía preocupada:
    - Tengo que vomitarla, me dijo
    - No pasará nada... si te sale un pene dejo que me lo metas, me reí
    - No... en serio... ayúdame, insistió.

    Con la seguridad de los que no saben, le prometí que no pasaría nada. Ella me negó con la desconfianza de un pájaro:
    - Tú no sabes nada, sentenció con toda la razón del mundo.

    Pero luego la discusión se tornó más acalorada. Ella estaba desesperada y no soportaba mi tranquilidad. Gritando, llorando y mordiendo me arrastró hasta el baño donde tuve que ayudarle a vomitar cada recoveco de sus entrañas. Después ella se tranquilizó, tomo su ropa, se vistió, me insultó con dos o tres palabras y se fue.

    Me quedé solo en la pieza del motel. Prendí la tele y vi a una pareja que se destrozaba en repetitivos movimientos centrípetos. Me lo había perdido. Apagué la tele. ¿por qué se había urgido tanto?¿no existen acaso tratamientos médicos en los que las mujeres toman viagra regularmente? ... Loca de mierda.

    El frasco estaba en el suelo. Apenas lo tomé, la etiqueta se desprendió sospechosamente.