domingo, octubre 29, 2006

Resurrección

Encendió un cigarro y desanudando las sábanas tapó su cuerpo desnudo. Había pagado una noche completa por adelantado.
- ¿Sabes lo que se siente resucitar?, preguntó con complacencia
- No, respondí algo sorprendido...


Al principio, la nada, entiendes? Cuando estás muerto no hay nada. No es tener los ojos cerrados, no es estar dormido, no es sufrimiento, no es placer. Estar muerto es lo mismo que vivir un instante infinitecimal. Estar muerto es ser piedra o ser metal, ser cuchara, ser polilla muerta, ser luz de ampolleta, ser uña, ser lo que un ciego ve,ser una palabra en un libro enterrado. Estar muerto es alguna de las cosas que te he dicho, pero sin el "ser"...

Y de pronto, por arte de magia, ser latido. No hay conciencia, no hay pensamiento. Simplemente se es una perturbación en la quietud de las cosas. Una pulsación y despues otra, otra y otra. Y ahí comienza la sensación. Todavía no hay pensamiento, ni conciencia, solo un bombeo constante que crea a medida que avanza y se extiende hacia la nada con los latidos, como lo hace la bahía en la tierra con las olas que escarban.

Palpita la sangre, las venas, los músculos, la piel, los pelos, los cartílagos y los huesos. Al principio como una masa informe, todo revuelto y sin orden. Pero después son dedos, pies, piernas, corazón, nalgas, nariz...

La primera bocanada de aire es una catarata fresca que irrumpe en un pantano.

Después, el primer pensamiento, fugaz destello, es una necesidad, un deseo....
"quiero volver a respirar"...
"deseo seguir sintiendo estos latidos"...
"quiero volver a la nada"...
Pero sin palabras, sólo la primitiva necesidad de algo...cualquier cosa...

La segunda bocanada de aire, muy profunda, es una fiesta.

La existencia comienza a burbujear. La conciencia se derrama de sus manantiales cerebrales, permea la sangre, la carne, el hígado y su bilis, el espíritu, las ideas y los conceptos, todo...

¿dónde estoy? ¿quién soy?

- Oyeoye, espera - interrumpí - ¿Por qué me hablai de esto?