La Playmate (desenlace)

El desastre comenzó lentamente cuando el vapor comenzó a disiparse a través de la puerta que yo mismo había dejado abierta. A medida que el aire se aclaraba, el cuerpo de Emmanuelle comenzó a develarme lentamente sus secretos. Nuevos pensamientos me distraían...
Pequeña cicatriz en la barriga...¿Liposucción o aborto?
Cicatrices en las tetas...Uno o mas arreglines de silicona.
Labios protuberantes...definitavemente falsos.
Cabello rubio...TAXI!
Poto de silicona...indudable.
¿Nariz?...irrisoriamente perfecta.
Uñas falsas.
Pestañas postizas.
No quiero explorar su dentadura.
Piel tostada...crema auto-bronceante.
¿Piernas ortopédicas?...no, afortunadamente son verdaderas.

Amigos míos. Lamento decepcionarlos pero en ese momento me apagué completamente. Aquella mujer era un engaño descarnado a mi instinto de procreación, y ya me había dado cuenta.

Intenté varios trucos para jugar el partido: ejercicios del perineo, reconstitución mental de alguna otra escena calentona, probé avezadas e innaturales posiciones del amor; Esfuerzos sin ningún resultado. Nuevamente mi garantía del placer se iba al infierno. Diablos! de pronto me puse a preguntar estupideces: -How did you get here?....hmmmm, I see........but WHY MY DOOR?....You are telling me that you RECEIVED my email? I cant't believe it........why didn't you answered it?.....you felt in LOVE with ME?

Emmanuelle comenzó a decirme que nunca se había metido con un fan y, en ese sentido, yo había sido escogido para desvirgarla (no siendo el único, claro). Del mail que en alguna borrachera yo le habría enviado (no recuerdo haberlo hecho pero sabía perfectamente mi dirección de correo), ella había obtenido mi nombre, mi teléfono, mi dirección e incluso las medidas exactas de mi pene (esto es bochornoso pero uds ya saben de lo que soy capaz en una borrachera).

Mientras ella me relataba todo esto, yo volví a rememorar mi infancia erótica y, aunque ahora lo lamente, la sangre comenzó a fluir correctamente por mi cuerpo, irrigando enérgicamente mi medio de paternidad. Aprovechando el momento, con un brazo tomé a Emmanuelle de la cintura y comencé a amarla allí en la tina, de manera incómoda pero vigorosa. No relataré todos los detalles pues sé que a algunos les desagradaría...

Lo extraño fue que en cierto momento Emmanuelle se arrancó de mis brazos y huyó por el pasillo. Yo, por supuesto, la seguí como buen putito. Cuando ví que se había metido a mi pieza, avancé lentamente, imitando al cazador que acecha a su víctima entrampada.
Un diminuto objeto gelatinoso se enreda de pronto en los dedos de mi pie:
Un lente de contacto muerto en batalla -"olvidémonos de todo eso" -pensé, y seguí caminando.
No recuerdo cuanto tiempo transcurrió mientras recorría el pasillo, pero en mi mente ahora ese tiempo equivale a un siglo entero. Un paso tras otro e infinitas sensaciones: Mi pie sobre la alfombra mojada por las huellas del desnudo y húmedo cuerpo de Emmanuelle, el sol de mediodía, el ruido de una micro, el regaetón de la vecina, el fuego libidinoso en mi cuerpo.

Entré a mi habitación con fuerza y dando un ridículo grito de fiera. Emmanuelle lloraba desconsolada en medio de mi cama, desnuda y en posición fetal. Yo la quedé mirando como estúpido, sin entender - ¿No me reconoces, pajero conchetumadre? - gritó en perfecto español detrás de todos sus maquillajes, detrás de las tetas de silicona, del pelo teñido y del bótox en los labios - ¿Por qué mierda hice todo esto, por qué? - gritó llorando, desde las entrañas.

el golpe transformó al charango en una infinidad de astillas puntiagudas, flotantes como humo de cigarro en mi habitación... el rostro de Laura se había deformado completamente. -¿Es que acaso no te gusto, huevón? ¿No te gustan mis tetas, conchetumadre?¿En ella pensai cuando me lo metís? -dijo con absoluta enajenación, apuntando a la revista. Un extraterrestre se había apoderado del cuerpo y de las palabras de Laura -Cuando te culees a una mina así te vai a acordar de mí, hijo de puta- dijo desesperada, y se fue.