viernes, agosto 10, 2007

El Onironauta (...final)

(...)
- Pasaron algunos meses - siguió Clara - En aquellos días yo ya sospechaba de Andrés. Estaba segura que me engañaba con una modelo polinésica... Aum era su nombre... no sé si era tailandesa o algo así... pero estaba segura que me engañaba...esa noche me quedé dormida viendo una película de un asesino en serie... empecé a tener una pesadilla...

Soñé que estaba en un almuerzo familiar con gente de mi familia (obvio), pero además, como en todo sueño, había gente que no tenía nada que ver: Estaba mi jefe, habían amigas del colegio, estaba también la rectora del colegio (una vieja que me suspendió cuando me pilló fumando en el baño) y estaba también el papá de Agustín...

- ¿El papá de Agustín, el viejo de los hachazos? -pregunté

- Si, era muy raro (fuera del sueño, digo). Era callado y siempre que hablaba era para retar a alguien. Además era muy, muy celoso de su mujer...a esa edad me daba cuenta...

En el sueño también estaba Andrés, pero era confuso, en algunos momentos era Andrés, en otros momentos era Agustín (el del sueño anterior) y otras veces era Agustín-niño y otro tanto Agustín-jardinero. El asunto es que en cierto momento del sueño, mientras todos almorzábamos en la mesa de mi abuela, el papá de Agustín sacó una motosierra encendida que había bajo su asiento para mostrármela, pues me estaba contando que la acababa de comprar para cortar mejor la carne de sus asados... Cuando me pasa la máquina con esos dientes encendidos y abiertos, fuera de sus fauces, el aparato se me resbala y rebana el brazo de uno de mis primos. Yo me quedé atónita, con una angustia horrible, mi primo gritaba mientras fumigaba sangre con su muñón y yo, desequilibrada, me tropezaba con su brazo que había caído al suelo. Dos tíos se acercan entonces a ayudarme, pero era imposible controlar la máquina y en medio segundo yacía uno de ellos gritando, partido por la mitad, y el otro tío decapitado e inherte.

Empezó entonces a quedar un caos horrible. Cada persona que se acercaba a ayudarme terminaba mutilada. La sangre brotaba a raudales y todos gritaban en el suelo mientras yo, desconcertada, con esa angustia indescriptible, no podía hacer nada....ni Andrés-Agustín se había salvado y se retorcía sin sus piernas...El único ileso en ese festín era el papá de Agustín que me trataba de consolar y decía "Yo te entiendo, a veces las cosas se van de las manos"

Pero me di cuenta que era un sueño y lo confirmé en mi reloj. Lo primero que hice fue desaparecer de allí. Me fui a un lugar en el sur donde íbamos con mis papás en los veranos.... me dediqué a contemplar el lago....
Allí, fuera de los gritos y del baño de sangre, pensaba en lo real que era el sueño....el lago era verdadero, la hierba sobre la que me había sentado también... me acordé del Agustín del sueño y de su conversación, sus puntos de vista...-

De pronto, Clara interrumpió su relato y preguntó:
- ¿Has pensado alguna vez que las personas en nuestros sueños puedan ser reales...tan reales como tú o yo?
- No, la verdad es que no - respondí absorto. Ella sonaba tan convencida... su relato, que no sé si logre transcribirlo tan fielmente, me tenía fumando el filtro del cigarro de hacía varios minutos...Ella continuó:

- Entonces me vino algo así como un "peso de conciencia" y quise arreglar todo lo ocurrido en la pesadilla. Decidí que nadie se acordaría de nada y todo el almuerzo se repitiría sin que nada de eso ocurriese. Después de detallarme a mi misma, con exactitud, cómo quería yo que las cosas "fueran", viajé al almuerzo y comprobé que todo estaba arreglado. Además saqué y corregí a los personajes que nada tenían que hacer allí y los devolví a sus orígenes. Me quedé almorzando. Puedo recordar que todo estaba delicioso, la conversación entretenida.... me dí cuenta, además, de otros superpoderes: podía leer los pensamientos de los otros y a veces cambiar lo que pensaban...pero eso no me gustaba...les restaba esa individualidad que tenían...y la conversación era más entretenida cuando cada uno de los comensales hacía su aporte único... En eso estaba, feliz, sabes, habría podido vivir una vida en ese mundo idílico, pero de pronto escuché: "Clara, despierta"
"Clara, despierta"
Un momento de oscuridad y silencio....es raro ser despertada de un "sueño lúcido"
"Clara, despierta"

Abro los ojos... era Andrés....

Le pregunté la hora (estaba llegando tarde, con olor a mujer, lo primero que hago es preguntar la hora. Evidente). "Sabes que no uso reloj" me dijo. "Clara, te quiero hablar de algo muy importante". Yo me senté en la cama y miré mi reloj sólo para cerciorarme que no estaba en un sueño (eran las 6:15 de la mañana). El estaba vestido muy elegante, siempre andaba así, se había sentado al lado mío en la cama y tenía su mano en mi mejilla. En el umbral de la puerta de nuestra habitación había una mujer. Una morena asiática, muy alta y delgada. Hermosa, si tengo que decirlo...ya dejé al hijo de puta....
- ¿Había llevado a su amante a tu casa? ¿a tu pieza? - interrogué por última vez

- Si - respondió Clara mientras sus manos tiritaban, parecía fuera de sí, perdida en los recuerdos que me relataba. No me había dado cuenta hasta ese momento, pero Clara estaba muy perturbada. Siguió hablando después de apagar su cigarro en el cenicero desbordante de cadáveres - Andrés había llevado a su amante a mi cama. Empezó a hablarme "Clara, ella es Aum, dormirá con nosotros. Ella será tu amiga y mi segunda esposa". Yo al principio me indigné, pero después, de verdad...no sé....lloré...pero después lo acepté como algo natural...le pedí a la mujer que se acercara....no sabes lo extraño que es esto, pero de alguna manera lo entiendo... corrí las sábanas, comencé a desnudarme y a desnudar a Andrés...Aum también hizo lo suyo....a veces, como destellos, me sentía herida por todo lo ocurrido, pero 'algo' me mantenía allí, disfrutando, agradando a Andrés... después comenzamos a besarnos y a tocarnos... me sentía muy encendida.... pero entonces entendí todo....entendí todo.... los sueños.....

Entendí porque había aparecido Agustín deforme y enfermo después de haberlo soñado como un ángel...

Sólo tenía que comprobarlo y era muy fácil...y fue muy fácil...muy fácil y simple: Mientras Andrés y Aum se acariciaban tomé, de los pantalones de él, su billetera. Dentro había una tarjeta blanca, como esas tarjetas de presentación. Al ver lo que decía sólo pude ver destellos de colores y letras que se movían. ¿entiendes ahora?-

Cuando Clara terminó su relato traté de convencerla que se lo había imaginado, que el impacto por lo que le había hecho Andrés había sido muy grande. Ella no se convenció y se fue al rato, dejándome solo. Me quedé pensando.

4 comentarios:

pachanka dijo...

weeeena andresín! muy novelesco.

tiomemo dijo...

jaja, por no decir: está muy largo!

pachanka dijo...

Hey! nadie le dice a Dostoevsky que su novela está muy larga... hay cosas que toman tiempo!

Mantoscuro dijo...

weno el cuento, muy weno