viernes, abril 25, 2008

El robo a Jessica Rabbit. (Parte I)


Jesica entro en mi oficina una tarde calurosa de verano, con un escote criminal, se notaba que tenía calor, el sol que se filtraba de color sepia por entre la ventana sucia y las persianas que hace tiempo que no estaban paralelas las unas a las otras. Se quitó el sombrero y pude ver una gota de sudor que recorría su cuello y bajaba por entre el canalillo de sus pechos descomunales. Solo pude pensar en sus pechos durante los próximos segundos, hasta que me interrumpió.
Justo entonces prendí un cigarrillo, y le alcance mi tabaquera por si ella quería también.


- En que puedo servirle señorita...
- Señora, - repuso - Jesica, Jesica Rabbit. Puedes llamarme Jazz. En el club me llaman así.
- Bueno Señorita Rabbit, - dije yo, ignorando a drede lo que acababa de decir - que la trae a Logjammer & Co.? Mi nombre es Ernest Oakshaft, para servirle.

Jazz, saco un pitillo propio de un bolso diminuto y se acomodó en la silla, yo me fije en que jamás en la vida había conocido a una mujer semejante, Con tales atributos casi caricaturescos, de solo pensar en lo que venía, mi 'pedazo' se puso como un obelisco en medio del desierto que palpitaba con una presión digna de un martillo hidráulico.

- Necesito sus 'Servicios' - dijo, hace mas o menos un año que alguien me ha robado mis orgasmos.
- Robado? - Pregunté con una cara que supongo que usted, querido lector, podrá imaginar sin necesidad de que entre en detalles.
- Si, como lo oye, "Robado". - Dijo tajantemente.
- Como y cuando noto su ausencia? - Pregunte yo, sin saber si reírme o llamar a Smokey para que sacara a esta loca de aquí.
- El 14 de Abril de 1929, por la noche, estaba en los camarines del club y entró un hombre a la ducha conmigo.
- A la ducha? Usted le conocía?
- No, - Me interrumpió ella - pero no es raro en mi linea de trabajo, le sueltas 5 pavos al gorila, otros 5 a otra chica y finalmente en mi camarín y le daba un precio por la "función especial". Si aceptan el trato, entonces hago mi trabajo.
- Y usted cree que fue este hombre, quien le robo a usted sus orgasmos. - dije sacando un lápiz mas para convencerla de que me lo estaba tomando enserio mas que para anotar nada.
- Dicen que usted es muy bueno, quizá me podría ayudar a ... encontrar... mis orgasmos otra vez.

En este punto ya estaba apunto de perder los cabales, inconscientemente ya había empezado a dibujarla con las piernas abiertas en mi pequeño block. Como el negocio andaba lento, y en verdad el único caso que me quedaba era encontrar a un marido desaparecido, y luego cobrarle mas dinero para que me callara que se había marchado a Miami con su secretaria.

- Necesito saber los detalles - le dije - Como exactamente se puede "Robar" un orgasmo, o todos juntos?
- Bueno, no me di cuenta en seguida, el tipo había entrado de improvisto en mi camarín y yo me estaba duchando, así que le dije que dejara 25 pavos en el tocador y que lo atendería cuando estuviera limpia. No era un tipo muy paciente, porque sin que me diera cuenta ya se había sacado toda la ropa y estaba apretándome contra el muro de azulejos. Se me erizan los pelos del brazo de solo pensarlo, me agarro de los pelos de la nuca y me penetró de pie. En mi vida había tenido una sensación tan plena. Era como si todo el maldito 4 de julio con todos sus petardos y cohetes estuviera explotando dentro mio. Ni siquiera recuerdo como termino todo, desperté en el sofá, muy acalorada tapada con la toalla. Y el extraño ya no estaba.

Me aclare la garganta, con semejante explicación estaba hirviendo, una diosa en piel de una bailarina cualquiera, como era que no había oído de ella antes? Yo era por esos años muy aficionado a ese tipo de lugares... Esta chica era un misterio, tanto como el misterio mismo que me estaba contando.

- Y desde entonces no importa si me follo al amo y señor de la donga, no siento nada, no siento placer, soy como una piedra... - Y con eso Jesica rompió a llorar, al principio contenida, pero dentro de un minuto ya eran sollozos de angustia.
- No llore señorita Rabbit, así no arregla usted nada - le dije levantandome y rodeando mi escritorio para ir a consolarla.

De lo que no me percaté a tiempo fue de que llevaba un cohete en el pantalón y que hasta una monja se daría cuenta. Un fallo de calculo, de principiante, y con eso me empecé a poner rojo de vergüenza. Ella al verlo se interrumpió en su drama y pareció dudar un instante, si yo quería arreglar esto tenia que actuar rápido, y entonces cometí otra imprudencia que todavía no entiendo de donde demonios salió.

- Yo te puedo ayudar a "encontrar" lo que buscas Jazz, tengo la sensación de que no están tan lejos como piensas.

Jesica me miro sin levantarse y me sonrió levemente, luego agarró mi garrote con su mano izquierda y me apretó...

Continuará...

2 comentarios:

tiomemo dijo...

continúelo rápido, por favor!

pachanka dijo...

Tengo que leer mas del libro que estoy leyendo (el Halcón Maltes) para poder plagiarlo mejor...

Ademas no se como se va tirar a la piba.